La función del
lenguaje es universal, y su desarrollo en los niños es sorprendentemente
similar en todas las culturas. Incluso en el caso de personas sordas a las que
no se les ha enseñado explícitamente un lenguaje por señas, a menudo inventan
un lenguaje manual propio y lo usan espontáneamente. En consecuencia, podemos
decir que, una inteligencia puede operar independientemente de una cierta
modalidad en el estímulo o una forma particular de respuesta.
En los inicios de la
historia de la humanidad, el lenguaje cambio la especialización y función del
cerebro humano al ofrecer posibilidades para explorar y expandir la
inteligencia humana. La palabra hablada permitió a nuestros ancestros pasar del
pensamiento concreto al abstracto.
La lectura nos permite
conocer objetos, lugares, procesos y conceptos que no hemos experimentado
personalmente y la escritura ha hecho posible la comunicación con personas que
el emisor del mensaje nunca ha visto.
En 1983, fue el año en que
Howard Gardner publicó su libro Frames of Mind: The Theory of Multiple
Intelligences, en donde hablaba de la teoría de las múltiples inteligencias.
Hasta entonces se
consideraba a una persona inteligente aquella a la que se le daban muy bien las
matemáticas o las letras, siendo quizás los deportistas quienes se llevaban la
peor parte de este reparto de cociente intelectual. No obstante, se daban
muchos casos de personas con grandes logros académicos que luego no eran capaces
de alcanzar grandes metas profesionales y viceversa, esto era debido a su
capacidad para relacionarse con los demás e incluso consigo mismos.
Según Gardner en nuestro
cerebro se encuentran ocho inteligencias diferentes que trabajan en conjunto de
forma semi-autónoma y que cada persona desarrolla de forma diferente, o mejor
dicho, que cada uno de nosotros desarrolla más unos tipos u otros de
inteligencia. Además, propone un enfoque de inteligencias múltiples. Se trata
de un planteamiento sugerente, y acaso también provocativo, que permite
problematizar sobre el fenómeno de la inteligencia más allá del universo de lo
cognitivo. Para este autor una inteligencia es la "capacidad de resolver
problemas o de crear productos que sean valiosos en uno o más ambientes
culturales", (1985).
Las aulas deben ser ámbitos
lingüísticamente ricos en los que los estudiantes cuenten con oportunidades
para hablar, debatir, leer, explicar, brindándoles un ambiente donde ellos se
sientan lo suficientemente seguros para expresar sus ideas, compartir sus
opiniones o anécdotas y de esta manera contribuir con el aumento de su
autoestima. Por eso, es de suma importancia resaltar, su base teórica, y
finalmente el valor de la inteligencia verbal lingüística y el efecto
significativo que esta tiene en el aprendizaje de cualquier contenido durante
toda la vida.
El interés por el
aprendizaje aumenta cuando los alumnos se sienten suficientes seguros como para
formular preguntas e intercambiar puntos de vista.
Actualmente la tecnología
ha avanzado mucho y las personas pueden comunicarse a través del correo, mandar
correos, etc.
El aula es el lugar idóneo
para fomentar esta capacidad, pues las nuevas tendencias pedagógicas postulan
un modelo comunicacional horizontal donde se dé oportunidad de expresión y se
permita el intercambio de opiniones, así como ejercicios de debate, que
preparan a los sujetos cada vez más en una sociedad democrática donde la
palabra debe ser expresada y respetada dentro de los límites de la convivencia.
¿Cree usted que hoy en día
las escuela tratan de explotar las inteligencias que los alumnos poseen? como
cree usted que podrían sacar provecho de esto? Y a niveles institucionales,
como influirían estas en la implementación de nuevas formas pedagógicas
orientadas al fomento de las
inteligencias múltiples auxiliándose de las tecnologías?